"Por San Simón y San Judas, cogidas son las uvas"
San Judas es el 28 de octubre y según dice el refrán las uvas ya deben estar recogidas.
"Antes de noviembre tu viña sin fruto quede".
El refranero es sabio y la vendimia ha finalizado un año mas.
Es ahora cuando las viñas toman su color otoñal y sus hojas se visten en tonos amarillentos y rojizos.
Es ahora también cuando toca "racimar".
Los brotes principales de la vid dan como fruto los racimos de uva. De estos pueden salir nuevos brotes que por ser hijos de los hijos de la cepa se llaman "nietos". Los "nietos" dan como fruto la "racima", que son los pequeños racimos que aparecen en las viñas después de ser vendimiadas.
Pronto las viñas perderán sus hojas y con ello sus colores llenos de matices.
Pronto llegará el invierno.
San Judas es el 28 de octubre y según dice el refrán las uvas ya deben estar recogidas.
"Antes de noviembre tu viña sin fruto quede".
El refranero es sabio y la vendimia ha finalizado un año mas.
Es ahora cuando las viñas toman su color otoñal y sus hojas se visten en tonos amarillentos y rojizos.
Es ahora también cuando toca "racimar".
Los brotes principales de la vid dan como fruto los racimos de uva. De estos pueden salir nuevos brotes que por ser hijos de los hijos de la cepa se llaman "nietos". Los "nietos" dan como fruto la "racima", que son los pequeños racimos que aparecen en las viñas después de ser vendimiadas.
Pronto las viñas perderán sus hojas y con ello sus colores llenos de matices.
Pronto llegará el invierno.
2 días de primeros de noviembre.
ResponderEliminar1) 4 de noviembre de 1956. El día en el que, hace 57 años, algunos perdimos la inocencia. Nos enteramos de verdad de a qué llamaba libertad el socialismo real.
Los tanques rojos aplastaron en Budapest la revolución popular que quería la independencia de Hungría de la Unión Soviética. 2.500 húngaros murieron en el intento ese día y los dos siguientes y se desconoce el número de los ejecutados después. 200.000 se convirtieron en refugiados. Entre ellos uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos: Ferenc Puskás Biro.
Nadie ayudó a Hungría y quedó muy claro que en Yalta (del 4 al 11 de febrero de 1945) se había decidido que media Europa fuera una pura colonia de la Unión Soviética. El esfuerzo en acabar con la Alemania nazi había agotado al Mundo Libre y Stalin y sus sucesores se habían cobrado a su manera un riquísimo botín de guerra. 12 años más tarde la misma historia se volvería a repetir en Praga.
2)El 9 de noviembre de 1989 (dentro de unos días hará 24 años) una Unión Soviética agonizante, porque el sistema comunista la había arruinado sin remedio, no pudo aplastar la rebelión de la Alemania Oriental. Cayó el Muro de Berlín y ese día acabó de verdad la II Guerra Mundial, la que en setiembre de 1939 alemanes y rusos empezaron, como aliados, invadiendo Polonia y repartiéndosela amigablemente.
Por todo ello ningún progresista se ha molestado en pedir perdón ni lo hará jamás. Para ellos ésta es una bella historia de conquista de la Libertad. Para los demás fue la pesadilla que amargó la mayor parte de nuestra vida; el franquismo fue “un daño colateral de la Guerra Fría”.
Entre Franco y Carrillo, con la que estaba cayendo, el Mundo Libre eligió al mal menor.
¡Madre del amor, hermoso, lo tuyo es de preocupar!
ResponderEliminarUffffff ¡¡¡
ResponderEliminarEsta lección no te la has estudiado bien, repásatela.
ResponderEliminarLa lección entera sería ésta:
ResponderEliminar“El libro negro del comunismo: crímenes, terror y represión (1997)” es un libro escrito por profesores universitarios y experimentados investigadores europeos y editado por Stéphane Courtois, director de investigaciones del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS), la mayor y más prestigiosa organización pública de investigación de Francia. Su propósito es catalogar diversos actos criminales (asesinatos, tortura, deportaciones, etc.) que el libro argumenta son el resultado de la implantación del comunismo (en el contexto del libro, se refiere fundamentalmente a las acciones de estados comunistas).
El libro se publicó originalmente en Francia con el título "Le Livre noir du communisme : Crimes, terreur, répression".
En español fue publicado en 1998 por las editoriales Espasa Calpe y Planeta (ISBN 84-239-8628-4).
La introducción, a cargo del editor, Stéphane Courtois, mantiene que «...el comunismo real [...] puso en funcionamiento una represión sistemática, hasta llegar a erigir, en momentos de paroxismo, el terror como forma de gobierno».
De acuerdo con las estimaciones realizadas, cita un total de muertes que «...se acerca a la cifra de cien millones». El análisis detallado del total es el siguiente:
20 millones en la Unión Soviética,
65 millones en la República Popular China
1 millón en Vietnam
2 millones en Corea del Norte
2 millones en Camboya
1 millón en los regímenes comunistas de Europa oriental
150.000 en Cuba y otros países de Latinoamérica
1,7 millones en África
1,5 millones en Afganistán
10.000 muertes provocadas por «[el] movimiento comunista internacional y partidos comunistas no situados en el poder».
Y la estadística se queda corta....
La verdadera función de un historiador es llevar la cuenta de los millones de muertos inocentes que han causado las ideologías pretendidamente salvadoras de la Humanidad.
Y Franco en los altares.
ResponderEliminarAporta tú algo, no lo copies todo de la Wikipedia.
ResponderEliminarYo soy un muy viejo liberal. Me han tocado las narices tanto los franquistas como los antifranquistas .
ResponderEliminarInsisto en mi definición de historiador: "el que lleva la cuenta de los millones de muertos inocentes que han causado las ideologías pretendidamente salvadoras de la Humanidad".
Equiparar a los franquistas con los antifranquistas me parece vergozonso.
ResponderEliminarYo no soy un viejo liberal, pero si soy un viejo comunista y no he matado a nadie, solomante he intentado luchar casi toda mi vida por una vida mas justa.
Quiero terminar, pero antes deseo recomendar la lectura seguida de dos importantes biografías escritas por un autor libre de toda sospecha:
ResponderEliminarPara el franquismo, Paul Preston, biografía de Franco. Franco: Caudillo de España (1994).
Para el antifranquismo, Paul Preston, biografía de Carrillo. El zorro rojo - La vida de Santiago Carrillo. Debate. 2013.
Las dos han levantado ampollas. Pero coinciden en una cosa: ninguno de los dos personajes era amigo de nada parecido a la libertad. Y sin libertad, no hay justicia que valga.
Y todo esto ¿a qué viene?.
ResponderEliminarAdecuadas, pertinentes, didácticas y amenas aportaciones a "Las viñas de visten de otoño". Me parece, sinceramente, que no es el lugar oportuno para opinar de los asuntos que ilustran la entrada de Javier.
ResponderEliminarBrugal.
Hola tio pegado
ResponderEliminarEl viernes tengo examen de mate y el martes de cono
espero aprobarlos si puedes me contestas unos besazos
Hola Clara.
EliminarMañana ya se que tienes exámen así que a ver si apruebas con buena nota. Y a ver si sacas mas que el cinco de "mate".
Besos.
Javi
No entiendo lo que dices, Brugal.
ResponderEliminar¿Podrías ser más explícito?.
Gracias.
Bueno, lamento el sostenido silencio del blog. Mi comentario sólo quería decir que habría que procurar tener más sintonía con las entradas que propone Javier. Claro está que los temas comienzan en un punto y pueden acabar en sus antípodas, normal. Lo que me parece brusco es empezar hablando de vendimia y, así de sopetón, sacar a colación el telón de acero y tal. Por lo demás, recuerdo la vendimia de hace cuatro o cinco décadas como una época plenamente otoñal. Me llamaban la atención los comportones alineados en la orilla del río. El trabajo era muy penoso, los caminos, si llovía, estaban muy embarrados y castigados por el tránsito de los carros, los ganados y los rebaños-entonces había una cabaña ovina numerosísima- . Se cortaban las uvas con corquetes, se echaban al cesto y de ahí a los comportones. Hasta completar el carro sin excederse de un peso que tenían que acarrear las mulas al final de la jornada. No había lonas ni tractores ni remolques. Se comía en la viña y las cuadrillas eran familiares, compañeros o amigos. Venía algún forastero también –carrilanos- y venía a durar diez o quince días desde su comienzo, casi siempre en torno al Pilar. Nunca antes de las Ferias de San Miguel. Las uvas, antes de hacer la Cooperativa, se depositaban en los lagares ubicados en las callejas de San Miguel, donde estaban también los trujales –uno de ellos en lo que hoy es el bar UVI-. Las callejas olían a mosto que aturdían y entonces nos alertaban, sobre todo a los niños, del tufo. Todos los años se llevaba a alguien, algunas veces sucedían verdaderas tragedias en los pueblos de alrededor donde llegaban a morir tres o cuatro miembros de la misma familia en el intento desesperado de rescatarse. Cuando ya fermentaba el vino, se trasladaba mediante odres-los pellejos- a las pequeñas bodegas radicadas en el casco antiguo –otro trabajo penosísimo-. El producto era excelente. Siempre ha sido famoso el vino de Nájera, su peculiar agujeta. Y es que las viñas estaban ubicadas en carasoles de baja producción y había más garnacha, mazuelo y graciano que ahora. Lo que le daba ese gusto inconfundible para saborearlo en los envases. Pero basta por hoy.
ResponderEliminarBrugal
Así me gusta,Brugal.
EliminarAhora entiendo a qué te referías.Soy de la misma opinión, no entiendo a qué vienen los comentarios que no tienen relación con las entradas de Javier.
Por lo demás,me ha gustado mucho tu relato de las vendimias y cómo se vivía entonces.
Sigue así.
Un saludo.