El Belén de la Parroquia de la Santa Cruz, gracias al esfuerzo y dedicación de los que lo han montado durante un mes y medio, se ha convertido en un lugar de visita imprescindible en la Navidad de Nájera.
Hay mil y un detalles que ver y admirar a lo largo de este escenario navideño. Yo me quedo con dos.
El río con agua de verdad e incluso peces reales en el lago bajo la cascada. Roberto ha echado el resto en su construcción. Ni una gota de agua se pierde en su recorrido.
El templo de Petra (Raquel y su porexpan tienen la culpa) y el portal a sus pies que son una vista espectacular donde las haya.
Aun quedan un par de días para poder ver este Belén del que Nájera se debe sentir orgullosa.
Pero Roberto, inquieto, ya está pensando en el Belén del año que viene, quizás con dos ríos que confluyen en el lago.
¡Feliz año 2015!
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