jueves, 11 de abril de 2013

"Ambigú busca su zapato en el cuento de La Cenicienta" - Cartel de Raquel Hermoso. (08-04-2013)

Hablar de teatro en Nájera es hablar del grupo de teatro "Ambigú".
Hace unas semanas pudimos disfrutar de su obra de mayores "Vamos a contar mentiras".
Es el presente de "Ambigú".
Este fin de semana podremos disfrutar de su obra de pequeños "La Cenicienta".
Es el futuro de "Ambigú".
Capitaneado por Mari Jose Morras y con una tripulación compuesta por chavales (por edad y por espíritu) llenos de ganas e ilusión, el barco que zarpó hace meses llega por fin a su puerto de destino.
Es el momento de compartir con el público la obra que tantos esfuerzo os ha supuesto.
Es el momento de disfrutar del resultado que tantos ensayos os ha costado.
Es el momento del escenario lleno de luz y colorido.
Es el momento del subidón.
De corazón os deseo a la familia de "Ambigú" ( con la que me siento orgulloso de compartir tantos buenos momentos) que vuestra "Cenicienta" sea un éxito y los aplausos suenen a rabiar en el Doga.
Pero una cosa importante ya la habéis realizado vosotros. 
Habéis realizado vuestro viaje a Ithaca.
Y esa experiencia única quedará en vuestros recuerdos para siempre.
El sábado y el domingo "La Cenicineta" buscará su zapato mágico.
El sábado y el domingo "Ambigú" buscará su zapato mágico.
Un sentido deseo.
¡Todo lo mejor y mucha mierda!

5 comentarios:

  1. Hola a todos.

    Solo por las ganas e ilusión que ponen los chavales (insisto, por edad y por espíritu) estoy convencido que todo va a salir bien.

    Tenéis mas información en estas direcciones:

    http://www.facebook.com/ambigu.teatro

    http://ambiguteatro.blogspot.com.es/

    Yo ahí estaré el sábado. No os lo perdáis.

    Un beso muy fuerte Mari Jose. Verás que todo sale de maravilla.

    Saludos.

    Javi

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  2. La verdad es que el Teatro (literalmente: “lo que se ve sobre una tarima”) lo inventaron los Griegos porque necesitaban una escuela pública donde la gente normal y corriente se lo pasará bien con el espectáculo y la vez que aprendiera a vivir.

    La fórmula era muy sencilla: poner sobre las tablas de forma atractiva historias interesantes con una moraleja realista y práctica como la vida misma.

    Eso mismo lo había conseguido la humanidad en todas las partes del mundo con “los cuentos de viejas”, la literatura oral más antigua y más sabia que existe.

    Ambigú, a la callandina y como quien no quiere la cosa (¡¡¡inteligentes silencios los de María José!!!), sube al escenario del Doga su “obra para niños” (es decir, para todos los que estén dispuestos durante un agradable rato a volver a convertirse en niños y recibir una provechosa lección de “aprendiendo a vivir”) ese cuento de verdad maravilloso que es La Cenicienta.

    La Cenicienta la inventan los egipcios y le llaman Ródope (“la de las mejillas rosadas”) y desde el Antiguo Egipto su historia se extiende por el mundo entero, incluida China.

    En Occidente Charles Perrault recoge la tradición francesa en 1697, que es la más conocida. Los Hermanos Grimm lo hacen con la tradición popular alemana en 1812 y Disney, en 1950, la estadounidense que es hija de la francesa.

    Ya el nombre que recibe la Cenicienta en las distintas lenguas es una maravilla de sonido: en Francés: Cendrillon. En Italiano: Cenerentola. En Inglés: Cinderella. En Alemán: Aschenputtel o Aschenbrödel. En Ruso: Zolushka.

    La historia es netamente de izquierdas, subversiva, revolucionaria y muy esperanzadora: el mérito y la capacidad de los más valiosos, pero también más despreciados, acaba por imponerse a la soberbia, la vagancia, la inutilidad y la envidia de los opresores prepotentes. La Cenicienta se convierte en Princesa.

    Es exactamente la historia cuya lección necesitamos aprender para salir de esta crisis total que hoy nos ahoga y de la que nos sacarán los chiquillos que se la metan bien en la cabeza: vale quien sirve para algo. No valen nada los inútiles, por muy capitostes y empigorotados que sean, si lo que son realmente es unos vagos y unos parásitos chupasangre.

    ¡¡¡¡Bien por Ambigú!!! Ahora sólo hace falta que el Doga se llene y que nadie quiera perderse esta lección muy útil y actual de bellísimo y sanísimo realismo.

    ¡¡¡Mucho éxito,Amigos!!!.

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  3. Quise decir "...y a la vez aprendiera a vivir".
    Perdón.

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  4. ¡Hola! Pues ya hemos terminado de momento. Estoy agotada pero muy orgullosa de lo que hemos hecho. El público lo disfruto y nosotrois mas, sobretodo la "tita Roberta" y7 sus "niñas".
    El sábado fiestuqui y luego a hecharos una mano si nos necesitais.
    Un beso a todos.
    María josé.

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  5. Hola Mari Jose.

    Nos cruzamos, yo preparando la entrada y tu escribiendo el comentario. Pero te contesto desde aquí.

    Orgullosa debes estar. Orgullosos debéis estar todos. Ha sido una Cenicienta estupenda. Ha sido un cuento para el recuerdo.

    Disfruté el viernes en el ensayo general.

    Disfruté el sábado en las dos funciones.

    Sentí no poder disfrutar en la función del domingo aunque ya se que salió muy bien.

    De verdad, sois estupendos. Ambigú es estupendo.

    Como siempre he pensado que no hay papel secundario ni trabajo de segunda me siento orgulloso de aportar mi granito de arena tirando los confetis desde las alturas del Doga.

    Y mil gracias por esa cena con los protagonistas del cuento. Lo pasé genial.

    Hacía mucho que no veía amanecer... sin acostarme antes.

    Ahora a superar el bajón con nuevos planes (que me consta que ya los tienes).

    Enhorabuena y mil besos "jefa" (con el permidso de Clara).

    Javiman

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