Durante el concurso de paellas estuve con las "petar" viéndo como hicieron, llenas de ilusión por ganar el concurso, su paella campeona.
Preparada la lumbre y la paellera se pusieron manos a la obra.
Y llegó el primer problema. O el pollo era muy grande (que lo era de verdad) o la paellera muy pequeña (que también lo era). Conclusión. Ahí no cabía ni un grano de arroz que es lo que suelen llevar las paellas.
Por cierto que dos señoras que pasaron por ahí les recomendaron quitar las puntas de las alas que, dicho sea de paso, no se suelen comer ni se suelen poner en la paella.
Así que mientras quitaban las puntas y se freían las patas y alas gigantes buscaron una paellera suficientemente grande.
Digamos de momento que la nivelaron, echaron las patas y alas (que con lo grandes que eran seguían sin hacer) y después el caldo, el agua y el arroz.
Y llegó el segundo problema. El agua y el caldo de la paellera no respondían a los deseos de las cocineras sino a algo tan elemental como es la fuerza de la gravedad. Y claro, si la paellera no estaba bien nivelada, que no lo estaba, pues resulta que se van todo el caldo y todo el agua a un lado.
Al final se consiguió nivelar paellera, arroz, caldo y agua.
Y llegó el tercer problema. Al nivelarlo todo resultó que no había casi agua y el arroz no estaba aun hecho. Idea. Echar mas agua. Error. Echar mas agua... fría.
Por cierto, no me he olvidado de las patas y las alas gigantes. Seguían sin hacerse.
Y llegó el cuarto problema. Aquello se puso a hervir como pudo y se hizo el arroz también como pudo. Eso si, en las paellas normales siempre hay algún grano de arroz rebelde que se queda duro. Bueno, esta vez hubo una rebelión en toda regla. Incluso diría que a diferencia de las paellas normales en esta algún grano de arroz se llegó a quedar hecho.
Ya se sabe que al mal tiempo buena cara. Las "petar" pensaron aquello de que "lo importante es participar" y se fotografiaron orgullosas con su paella.
Alguna ventaja tenía que tener todo esto. Se pudieron comer toda la paella ya que nadie de los que pasaban se atrevió a probarla.
No, no me he olvidado. Las patas y las alas gigantes se quedaron sin hacer.
Por si alguien lo dudaba a estas alturas, no ganaron el concurso.
Vaya esta entrada con todo mi cariño a las "petar" que ya sabéis que os quiero un montón aunque no me volváis a hablar y el año que viene no me invitéis a paella.
Un besazo muy grande.
Preparada la lumbre y la paellera se pusieron manos a la obra.
Y llegó el primer problema. O el pollo era muy grande (que lo era de verdad) o la paellera muy pequeña (que también lo era). Conclusión. Ahí no cabía ni un grano de arroz que es lo que suelen llevar las paellas.
Por cierto que dos señoras que pasaron por ahí les recomendaron quitar las puntas de las alas que, dicho sea de paso, no se suelen comer ni se suelen poner en la paella.
Así que mientras quitaban las puntas y se freían las patas y alas gigantes buscaron una paellera suficientemente grande.
Digamos de momento que la nivelaron, echaron las patas y alas (que con lo grandes que eran seguían sin hacer) y después el caldo, el agua y el arroz.
Y llegó el segundo problema. El agua y el caldo de la paellera no respondían a los deseos de las cocineras sino a algo tan elemental como es la fuerza de la gravedad. Y claro, si la paellera no estaba bien nivelada, que no lo estaba, pues resulta que se van todo el caldo y todo el agua a un lado.
Al final se consiguió nivelar paellera, arroz, caldo y agua.
Y llegó el tercer problema. Al nivelarlo todo resultó que no había casi agua y el arroz no estaba aun hecho. Idea. Echar mas agua. Error. Echar mas agua... fría.
Por cierto, no me he olvidado de las patas y las alas gigantes. Seguían sin hacerse.
Y llegó el cuarto problema. Aquello se puso a hervir como pudo y se hizo el arroz también como pudo. Eso si, en las paellas normales siempre hay algún grano de arroz rebelde que se queda duro. Bueno, esta vez hubo una rebelión en toda regla. Incluso diría que a diferencia de las paellas normales en esta algún grano de arroz se llegó a quedar hecho.
Ya se sabe que al mal tiempo buena cara. Las "petar" pensaron aquello de que "lo importante es participar" y se fotografiaron orgullosas con su paella.
Alguna ventaja tenía que tener todo esto. Se pudieron comer toda la paella ya que nadie de los que pasaban se atrevió a probarla.
No, no me he olvidado. Las patas y las alas gigantes se quedaron sin hacer.
Por si alguien lo dudaba a estas alturas, no ganaron el concurso.
Vaya esta entrada con todo mi cariño a las "petar" que ya sabéis que os quiero un montón aunque no me volváis a hablar y el año que viene no me invitéis a paella.
Un besazo muy grande.
Hola.
ResponderEliminarVale, igual he exagerado un poquito. Pero solo un poquito.
Saludos.
Javi
El año que viene te has quedadp sin paella Javi. Y al final se podia comer ehhhh. Besos
ResponderEliminarHola Estela.
EliminarYa, ya me lo temía.
Vale, la verdad es que en la foto final incluso parece una paella comestible. Me alegro que la pudierais comer. ¡Que valientes! ja, ja, ja.
Un besazo.
Javi
Ja,ja,ja "Se podía comer" lo que hace el hambre... Y eso que quitando el pedazo de "pavo" que echaron no tenía mal color.
ResponderEliminarEs que no podéis ser perfectas en todo...
Muchos besos "Chicotas",algo habéis sacado en conclusión: al programa de "Master Chef" no os podéis presentar.
1056 besos Javier
Javi, pues imagínate cuando llegué yo de Logroño que la paella se había quedado fría, mm..
ResponderEliminarHola Esther.
EliminarCasi que prefiero no imaginármelo. Esos muslos gigantes sin hacer y encima fríos... bua.
Y creo que encima te fuiste a casa con la paellera a cuestas, ja, ja, ja. Eso te pasa por llegar la última.
Un besazo.
Javi
¡¡POR FAVORRRR!!! Vamos a dejar a las chiquillas en paz, que tienen mucho mérito con 15 años hacer las paellas...
ResponderEliminarPor cierto ¿Qué tal los autos locos? ¡¡Que me meo!!
Besos
Nada supera lo q hizo mi amigo alberto con 20 años, q para escandalo de las señoras q pasaban a comentar lo mal q estabamos haciendo la paella, el, ademas, se dedicaba a echar los champiñones y las alcachofas en lata con lata y todo.
ResponderEliminarHola Antuan.
ResponderEliminarComo repetiste el mensaje y eran iguales he quitado uno, no ha habido censura.
¿Ya estás por aquí o sigues de viaje por el mundo?
Un abrazo.
Javi
Javi, pero por favor, sólo te faltaba poner nuestro GRAN debut con el carricoche... pst, que mala fama nos haces.
ResponderEliminarPues que sepas que el año pasado quedamos cuartas, éste año ha sido... un poco... especial..
Hola Mireia.
EliminarJa, ja, ja. Tentado estuve de ponerlo pero me corté un poco. Ya sé que el año próximo no comeré paella pero no quería que además me dejaseis de hablar.
Bueno, al menos el carricoche era bonito por fuera. Tenía un hermoso corazón pero le falló la mecánica.
Y sí, la paella era un poco especial...
Un besazo enorme "hijo teatral".
Javi.