domingo, 3 de noviembre de 2013

Con migas y bicis se hace el camino. (02-11-2013)

La "Asociación de amigos de la historia Najerillense" preparó el pasado sábado unas migas para todos aquellos que nos acercamos a la Plaza de España.
Unas "migas de los amigos" que en esta ocasión eran vegetarianas.
¿Unas migas vegetarianas? Tiene su explicación.
Una concentración de ciclistas que estaban recorriendo diversos pueblos de La Rioja se apuntó al almuerzo y una parte de ellos eran vegetarianos. Así que para que pudieran comer las migas se hicieron así.
Como complemento a las migas se organizó una visita al alcázar.
Fué una mañana muy completa compaginando la historia de Nájera con una comida tan tradicional.
Pero me voy a permitir una opinión personal. Buenas si que estaban las migas pero... como eché de menos el chorizo.

5 comentarios:

  1. Ya salió lo del ascetismo vegetariano.

    Lo humano son las ideas, o sea, el cambiar el mundo haciéndolo a nuestra manera. Y eso, a veces, está bien. Ahí están la ciencia y la técnica, y el arte, para demostrarlo. Pero a veces es un desastre. Pienso en las filosofías, en los misticismos y ascetismos variopintos, en las religiones, en las ideologías políticas… y en las manías a la hora de comer.

    Jesús de Nazaret era un judío inteligente que estaba hasta más arriba de las narices de las estupideces de la religión judía. Como buen campesino, sabía que todo ser vivo que tiene ocasión es omnívoro, o sea, “come de todo, como los gorriones” que decía mi abuela.

    Y un día se cabreó y decidió dejar las cosas claras hablando en perfecto cristiano, en román paladino: Evangelio de Marcos, 7,14 y ss.:

    “Y llamando a sí a toda la multitud, les dijo:
    Oídme todos, y entended:

    Nada hay fuera del hombre que entre en él, que pueda contaminarlo; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre. Si alguno tiene oídos para oír, que oiga.

    Cuando se alejó de la multitud y entró en casa, le preguntaron sus discípulos sobre lo que había querido decir.

    Él les dijo: ¿También vosotros estáis así, sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre, no lo puede contaminar, porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina?

    Esto decía, declarando limpios todos los alimentos.

    Pero decía además que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez.

    Todas estas maldades de dentro salen, y son las que contaminan al hombre.”

    Listo y sanote el maestro judío que comía de todo y con todos, aunque los que se dicen sus discípulos, desobedeciéndole, se sigan empeñando en no comer carne los viernes y en otras dichosas manías de ayunos y abstinencias, además de predicar contra el consumo, de santificar la pobreza que es el peor de los males y la madre de todas las desgracias….

    ¡Hay que fastidiarse con las manías de pureza!

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  2. Desconozco, estimado Anónimo, si su expresión "¡Madre del amor hermoso!" es sólo una interjección de lisa y llana sorpresa o lo es de malicioso asombro o tiene una connotación relacionada con una de las múltiples manías de pureza.
    Si nos viésemos en el último caso, habría cometido Vuestra Merced dos faltas de ortografía.

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  3. Yo creo que la expresión contiene sorpresa, asombro y recochineo. Y no me extraña porque desbarra y desenfoca más que una escopeta de feria. Me refiero al comentario del llamado Villegas respecto a la entrada de Javier comentando la jornada de los Amigos y la degustación las migas. Creo que su libérrima parábola nazarena y toda su soflama añadida no viene a cuento de nada. De ahí la expresión.
    Anónimo,

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  4. Sí. Lo lógico, razonable e inteligente sería prescindir, en cualquier dieta pretendidamente sana, por extrañas razones metafísico-morales, por ejemplo: del jamón serrano, del cordero, de los platos de caza, del pollo, del pescado...
    Y pensar además que haciéndolo somos los más listos, los más buenos y los escogidos entre todos.
    ¿O no es eso?

    Lo malo es que también los vegetales son seres vivos que nacen, crecen, sufren, padecen, se reproducen y mueren. Como nosotros.

    Los puros, si fueran consecuentes, deberían intentar vivir ....¡del aire!.

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