Muchos recuerdos se quedan en al año que nos deja.
Muchas páginas por escribir se abren en el año que nos viene.
Es el momento de decir adiós al año 2013 y decir hola al año 2014.
En Bambalina ya celebramos el cambio de año en el Doga en el mes de mayo.
Sirva esta canción y este baile para desearos a todos una estupenda noche y todo lo mejor para el próximo año.
¡Feliz 2014!
FELIZ AÑO PARA TI Y LOS TUYOS,
ResponderEliminarTe deseo lo mejor ya que en persona no me dejas decirtelo,
Noche mágica del 5 al 6 de enero.
ResponderEliminar(Homenaje agradecido a las desaparecidas tiendas de la Calle Mayor donde nuestros padres compraban los regalos de la Noche de Reyes).
Era allá por los años catapún, en la España que llaman “negra” (¡como si la de ahora fuese en tecnicolor y panavisión!¡No te jode, la Hilaria…!), cuando aún no habíamos probado la Coca-Cola y Papá Noel era algo que pertenecía a un mundo extraño y tan lejano “como de aquí a Lima”.
Cuando las cabalgatas de Reyes, al peor estilo Disney, simplemente no existían y sí había, gracias a la política imbécil de los “hunos” y de los “jotros”, grisura, tristeza, pobreza y frío en abundancia.
Pero, aunque aún no nos daban la hipócrita murga catolicoide el Rouco y sus “kikos”, había normalmente familias naturales de toda la vida y para toda la vida que conservaban vivas las mejores tradiciones del pasado y que peleaban unidas a brazo partido para lograr un futuro mejor.
En la Navidad, que era simplemente Navidad, había dos noches mágicas la del 24 al 25 de diciembre y la del 5 al 6 de enero.
Hablemos de ésta última.
Un amigo, doctor ingeniero industrial y fino humanista al 100% por 100%, me ha enviado un soneto de su cosecha que me ha hecho evocar aquel mundo mágico ya desaparecido del que sólo nos queda el grato recuerdo de haberlo vivido. ¡Qué nos quiten lo bailao!
Lucen estrellas y el azul del cielo
cede su frío a una noche fría;
descansa el niño durmiendo su alegría
y esperando a los Reyes con anhelo.
Mandó la carta que escribió con celo
a los Magos de Oriente y les pedía
que tuvieran con él su Epifanía
de pajes y regalos ¡que revuelo!
Carreras y portazos, gritos, prisas
sobresaltos y voces, también risas,
algazara de un niño que se asombra.
Los libros, los juguetes, tantas cosas
henchidas de ilusiones tan hermosas…
(¡de cuerda, un tren, corría por la alfombra!)
¡Feliz Noche de Reyes!